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Ser el número uno, esa es la cuestión  principal. Muchos al escucharlo referirse a ellos por otras personas e incluso viniendo de la misma persona es una forma para elevar dicho autoestima pero no es sano completamente creerse el número uno sin antes haber sido el segundo lugar en algo no es desaliento es sólo para hacerle ver a aquellas personas qué por ser llamados “número uno” no están precisamente en el derecho de pasar por encima de cabezas sin importarles absolutamente nada siendo elevados por un ego qué va creciendo más y más y qué los mantiene ciegos creyéndo ser ídolos del mundo entero, cuándo el ejemplo qué dan cómo “personas influyentes” es total y completamente inservible por qué para hacerse llamar “número uno” se debe experimentar ser el número dos y también si es posible el número tres lo qué quiero decir es qué no se puede llegar a la grandeza sin haber probado la derrota, no hay qué sentirse grande de un tiro.