Algunos cambios marcan nuestra vida, no importa de que tamaño sean, igual nos llegan para formar parte. Creo qué cada día que pasa es un nuevo cambio para afrontar, para amar, para creer, para crecer y aprender, para mostrarnos nuevas cosas, para experimentar y vivir como si nunca te hubieses ausentado. Cada vez que se acerca un nuevo cambio a tu vida lo sabes, lo sientes muy dentro de tu ser y quieres saber de que se trata, que es lo que te trae, si va a cambiar tu vida, a mejorarla o a agregarle cosas nuevas. A veces los cambios traen personas maravillosas y momentos incomparables, invaluables a decir verdad, llenos de tanto nuevo para conocer. Los cambios traen también consigo tantas emociones para quién le toca vivirlo. Nos hace felices, aveces hasta con un poco de miedo, o sino con muchas ganas de conocerlo, de explorarlo y saber de que se trata... Supongo que todos experimentamos cambios diariamente, pueden llenarte incluso de nostalgia en ocasiones o también de una emoción incomparable, tan inmensa que parece inimaginable, nunca antes vista, sientes como los retos y los desafíos te recorrer la piel, te llenan el alma y se van apoderando de todos tus sentidos. Pueden provocarte temor, pero muy en el fondo sabes que quieres lanzarte hacia ellos, saber a donde conducen, investigar otros mundos, permitiéndote expandirte, llenándote de fortaleza, creándolo todo, teniendo alcance, energía y magia para hacer todo tan posible como lo quieres, te da la ligera sensación de que el momento que estas viviendo es tan irreal, y perfecto a la misma vez, con sus obstáculos, su distancia y altura, con su riesgo y valentía, te llenan de mucha expectativa, dejas de dudar y una vez que estás seguro y listo, te das cuenta que ningún vacío es tan profundo como se ve desde arriba, que ninguna pesadilla es eterna, que la felicidad es infinita y está en ti, y que el miedo al riesgo y a lo desconocido se quita cuando decides enfrentarte.
— Edgwar Mendez
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